“...en el sector de la minería la producción sufrió un descanso sumamente brusco. La explotación de oro descendió en 1915 al 18% de lo producido en 1910; la plata bajo el 50% y la de plomo cayó al 4.6% en el mismo año. La participación en el producto bruto de la minería descendió de 1480 millones –pesos de 1960- en 1910 a 883 en 1921 (...) declinando a una tasa media anual de 4.0%...” .
Esta situación prevaleció aún a costa de la coyuntura internacional que se presentaba por la primera guerra mundial la cual elevó la demanda externa de muchos de los productos mexicanos. Situación, que por otro lado sí fue aprovechada por la industria petrolera cuyo producto interno bruto creció de 65 millones de pesos en 1910 a 3463 millones en 1921, incrementando sus exportaciones de 0.2 millones de pesos a 516.8 millones, en el mismo período, lo cual significó un crecimiento del 43% anual . La minería sólo pudo alcanzar su nivel de 1910 hasta 1923.
Por su parte la participación de la agricultura en el PIB pasó de 4805 millones de pesos en 1910 a 4652 millones en 1921, cantidad que sólo pudo alcanzarse nuevamente hasta 1926; en 1910 las exportaciones de productos agropecuarios representaban el 31.6 % del total de las exportaciones, cifra que descendió a 3.3 % en 1921.
Por lo que respecta a la industria manufacturera, ésta también presenta un descenso en su participación en el PIB, ya que mientras en 1910 era de 3354 millones de pesos, en 1921 fue de 3049 millones, y sólo se recuperó en su nivel anterior hasta 1925 . La violencia generalizada provocó el cierre de muchos talleres artesanales, aunque otros se abrieron. En general aquella no provocó daños físicos en los establecimientos industriales, pero sí cerró el camino hacia los mercados que antes dominaba, sobre todo por las dificultades de transporte. Principalmente por la gran destrucción de los ferrocarriles y el uso de ellos hacía los grupos militares en lucha.
En fin, que toda la economía en su conjunto presenta una grave contradicción durante el período revolucionario, debido a la violencia y el desorden generalizado.
Por otra parte, la guerra civil, sin embargo, no significó solamente esto. Por el contrario, permitió la generalización de las relaciones de producción capitalistas principalmente en las regiones más desarrolladas, y como consecuencia, la desaparición del peonaje y la expansión del mercado de fuerza de trabajo libre. Así, se logro también, la adecuación de antiguas instituciones y formas de organización a las nuevas necesidades de desarrollo del país y la creación de otras nuevas, igualmente necesarias. Pero, sobre todo, permitió que una fracción de la burguesía progresista llegase a ejercer el poder político para, desde ahí, llevar acabo su proyecto histórico.
http://www.eumed.net/libros/2008b/384/La%20economia%20durante%20la%20revolucion.htm
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